La electroterapia consiste en aplicar corrientes eléctricas para estimular los nervios y músculos del paciente. A través de almohadillas adhesivas se colocan en la piel de la zona que padece la patología. Estos dispositivos se alimentan mediante baterías.
Este tratamiento está indicado para disminuir del dolor, estimular el riego sanguíneo, nervioso, muscular, eliminar de forma gradual la lonoforesis y tensión muscular, etc.
Los métodos mediante los que se aplica esta técnica pueden ser: infrarrojos, microondas, TENS, ultrasonidos, corrientes interferenciales y láser.
La combinación de varias máquinas, como complemento a la terapia manual, consigue un tratamiento más efectivo.