Cuando hablamos de  una molestia en cualquiera de las estructuras del cuello, entre ellas, los músculos, los nervios, los huesos (vértebras), las articulaciones y los discos intervertebrales hablamos de dolor cervical.

Este dolor nos produce una dificultad para mover el cuello, girarlo hacia un lado se hace especialmente difícil. Además si el dolor  involucra compresión de los nervios, se puede sentir entumecimiento, hormigueo o debilidad en el brazo o la mano. 

No es una dolencia con una gravedad severa en la mayoría de las  ocasiones y suele ser el resultado de una sobrecarga o de una lesión neuromuscular traumática. 

La mejor opción para prevenir este dolor es intentar mantener una buena postura en todo momento. El correcto alineamiento de la cabeza sobre los hombros. Pero lo habitual es que vayamos con la cabeza ligeramente adelantada sobre la vertical de nuestro cuerpo, causado por la lectura, el trabajo o el propio movimiento natural del cuerpo al caminar desembocando en una sobrecarga que produce el dolor. 

Vamos a hablar de algunas de las causas del dolor cervical. 

• Causa muscular: los esfuerzos y contracturas dan lugar a cervicalgia. Si la lesión es constante y repetida  pueden lesionarse los discos intervertebrales y las propias vértebras, produciendo una lesión nerviosa.

• Causa nerviosa:  Por un pinzamiento del nervio cuando sale de la médula espinal hacia las extremidades superiores. Diferentes causas como el envejecimiento, enfermedades reumáticas y los traumatismos pueden acabar produciendo una hernia discal, dando lugar a la irritación de los nervios a los que afectan, por tanto, a la aparición de dolor cervical. El dolor puede ser referido, es decir, que provenga de un problema en otro lugar. 

Para la cervicalgia existen diferentes tipos de tratamientos como la terapia conservadora, consistente en tener reposo en la zona afligida, medicamentos antiinflamatorios . 

Otro tipo de tratamiento consiste en la farmacoterapia, con prescripción médica se utilizan analgésicos y antiinflamatorios con cafeína o derivados opiáceos, codeína, relajantes musculares…

Fisioterapia, se pueden combinar varias técnicas para aliviar y mejorar la zona afectada como la masoterapia, la electroterapia, ultrasonidos, termoterapia. Dependiendo del nivel de dolor y las necesidades de la lesión.